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Dos caballeros se movían muy de prisa en el interior de un supermercado con sus carritos de compra:
- Perdóneme usted; es que busco a mi señora.
- ¡Qué coincidencia, yo también!. Estoy desesperado.
- Bueno, tal vez le pueda ayudar. ¿Cómo es su señora?.
- Es alta, de pelo castaño claro, piernas bien
torneadas, pechos firmes, un culo precioso, en fin, muy bonita... ¿Y la suya?.
- Olvídese de la mía, vamos a buscar a la suya.


Una madre le dice a su hijo:
- Hijo, te quiero porque eres tan golfo y sinvergüenza como tu padre.
Y su marido, que lo estaba oyendo, dice:
- Oye, que yo nunca fui un golfo ni un sinvergüenza, ¡eh!.
- Perdona, he dicho como su padre.

Dos amigos se encuentran depués de mucho tiempo:
- ¿Qué hay de nuevo?.
- Nada, sigo soltero, como siempre.
- Pues deberías casarte, un hombre siempre necesita a alguien a su lado.
- Sí, pero yo ya tengo dos hermanas que me cuidan mucho.
- Pero hay ciertas cosas que tus hermanas no te pueden dar.
- ¿Y a tí quién te ha dicho que son hermanas mías?.
DE PERUANOS